domingo, 30 de mayo de 2010

El Atractivo de la Imperfección

Constantemente nos empeñamos en buscar y rebuscar en la rabiosa actualidad novedades que consigan atraer nuestra atención y sorprendernos. Craso error. Muchas veces es más efectivo echar la vista hacia atrás. El blanco y el negro esconden bajo sus sábanas un sin fin de agradables sorpresas.

En la época de los grandes avaces técnicos y tecnológicos, los efectos especiales hiperrealistas y las gafas 3D, es de elogiar que cierto tipo de cine hecho mucho tiempo atrás siga siendo teniendo relevancia social en los días que corren. Es el caso del movimiento cinematográfico surgido en Latinoamérica en la década de 1960: el Cine Imperfecto o Cine Libre.

Encuadrados en un tiempo de enormes cambios sociales en casi toda América Latina, varios grupos de jóvenes artistas vieron el el cine un arma poderosa para remover conciencias y hacer llegar a la sociedad (en aquel entonces con un alto grado de analfabetismo y por tanto sin posibilidad de obtención de información veraz y objetiva) una mirada crítica de la realidad que los rodeaba. Así el cubano Tomás Gutierrez Alea, el brasileño Glauber Rocha y el argentino Pino Solanas entre otros pusieron en marcha sus cámaras y su talento para engendrar una serie de obras que han traspasado fronteras y generaciones En particular dos películas del direcctor cubano "La Muerte de un Burócrata" (1966) y "Memorias del Subdesarrollo" (1968) abordan problemas puntuales de la sociedad cubana de la época que perfectamente pueden ser extrapolables a la situación mundial actual. Ahí radica su grandeza.

En el Cine Imperfecto la estética era un aspecto totalmente relegado al segundo plano; en parte por la carencia de medios técnicos y en parte porque su objetivo principal era difundir un mensaje diáfano. De esta manera se desmarca completamente del preciosismo dominante en el cine de Hollywood y del intimismo del cine de autor europeo. Paradójicamente, la Nouvelle Vague de Godard, Truffaut y compañía también desplazaba a un lugar menos importante la estética frente a la hitoria, sin embargo sus contenidos carecían de un contenido tan social. Así pues, dos generaciones de artistas en dos lugares opuestos del mundo con dos filosofías tan iguales en la superficie y tan diferentes en el fondo. Y a medio camino entre unos y otros y sin embargo influyendo claramente a los dos; Luis Buñuel y "Los Olvidados".

Los coletazos de esos días siguen dejándose notar en buena parte del cine actual. Dogma 95 tiene marcadas reminiscencias de la Nouvelle Vague y muchos directores latinoamericanos (Carlos Moreno, González-Iñárritu, Claudia LLosa...) siguen manteniendo vivo el espíritu del Cine Imperfecto.

Señoras y señores, adquieran sus maravillosas gafas 3D y disfruten de las palomitas.Yo me quedo en mi sofá con mi cerveza disfrutando de los planos desenfocados, los presupuestos ajustados y los efectos especiales de cartón-piedra.

1 comentario:

Fran. dijo...

ya te lo he dicho muchas veces, hoy no se hacen películas como antes.