Érase una vez, un espantapájaros que no tenía amigos. Trabajaba en un campo de trigo. No era un trabajo díficil, pero si muy solitario. Sin nadie con quien hablar, sus días y sus noches se hacían eternas. Lo único que podía hacer era mirar los pájaros...
sábado, 14 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario