martes, 8 de diciembre de 2009

El Poder Predictivo (y Productivo) del Cine Pésimo

Seguro que son muchos los motivos por los que el cine hollywoodiense domina el mundo de las pantallas. Si algo hay que reconocerles a los estadounidenses es que saben vender mejor que nadie. Podrían venderle guantes a un manco si quisiesen. El 12 de Septiembre de 2001 los puestos callejeros de Nueva York estaban llenos de postales de las torres gemelas y de banderas con barras y estrellas. Ese talento innato para el marketing lo explotan como nadie también en el cine. Porque saben llegar a las masas. ¿Como lo hacen? Principalmente a través de nuestras propias emociones. Bien sean ilusiones, amores, odios, y sobre todo miedos. No me refiero a terror del que nos hace encoger. Me refiero a miedo social. A las preocupaciones que atemorizan en silencio a la muchedumbre. Ese hilo da para tirar hasta tal punto que se convierte en el filón para llenar las arcas. 

Porque nada nos atrae más que creer que la pantalla nos está contando nuestras propias vidas. Y los productores lo saben y lo explotan. Nos ponen en bandeja de plata todo aquello que nos sirve para aplacar nuestro morbo y para encontrar algún fundamento lógico a la psicosis que reina en nuestro día a día.

Un claro ejemplo de ello es el archiexplotado James Bond. Aunque de producción británica, sus películas contienen la más profunda esencia de Hollywood. Casi 50 años lleva este personaje pegando taquillazos a base de derrotar a toda clase de enemigos, que van cambiando a demanda del pánico general contemporáneo. "007 contra el Dr No" (1962) recuerda en cierto modo a la Crisis de los Misiles de Cuba. A partir de ahí Sean Connery y Roger Moore se dedicaron durante 20 años a darse de ostias contra la KGB y la madre Rusia. Después de la caída del muro, como el tema ya no era recurrente y los capitalitas eran amigüitos de los comunistoides a Pierce Brosnan le tocó lidiar con otro toro. En la era de la tecnología lo que nos da miedo es una guerra autodestructiva así que ahí se fue Bond, a desarticular comandos con armas nucleares supermegahiperdestructivas a la par que sofisticadas.

Los típicos héroes americanos también se nutren de esto. Mientras John Rambo las pasó putas trastornado por Vietnam y los Charlies, Schwarzenegger unos añitos más tarde en "Mentiras Arriesgadas" (1994) ya tenía sus más y sus menos con células terroristas musulmanas. No importa si el film es de buena o mala calidad, sólo importa si podría estar pasando... 

Lo cual nos lleva a la gallina de los huevos de oro: las catástrofes. Da igual si los efectos especiales son innovadores o más de lo mismo. Da igual la histora; ya nos la sabemos de memoria. Lo que nos lleva a sentarnos durante dos horas delante de la pantalla a tragar mierda es puro morbo. Por eso "2012" será la película de la navidad, por eso "El día de Mañana" despertó la expectación que despertó, por eso "Titanic" es la película más taquillera de todos los tiempos. 

La receta es fácil: darnos la dosis justa de psicosis combinada con un factor con el que nos sintamos identificados. Por ello la figura de un presidente  estadounidense negro lleva años explotada en el cine ("Deep Impact" - 1998- Morgan Freeman), porque es la moda actual de lo políticamente correcto. Porque aunque el negro nunca sea el héroe, siempre es necesario, porque es el gancho para sentirnos bien con nosotros mismos. Porque ser amigo de un negro mola, porque ser amigo de un marica mola más, y matar a un asesino te canoniza directamente.

De descuidos vive el lobo y anda gordo, al igual que de convencionalismos vive Hollywood y luce esplendoroso.

2 comentarios:

Richard Blaine dijo...

eh! Muy bueno tio solo voy a dejar aquí este comentario para adularte y felicitarte y enhorabuenarte por este post!!

Fran. dijo...

Y la pasta gansa que se gastan en cada superproducción qué?. Y sobre todo en la post-producción y en la publicidad, que nos la hacen tragar hasta en los pseudotelediarios de nuestra Tv pública.